Breve historia de los medidores de espesor por ultrasonido
La propagación de ondas acústicas a través del aire y otros materiales ya se estudiaba en el siglo XIX, pero la introducción de instrumentos ultrasónicos requirió los avances electrónicos de los primeros años del siglo XX, como el desarrollo del tubo de rayos catódicos. El concepto de usar ondas ultrasónicas para investigar la estructura interna de los materiales se investigó por primera vez en la década de 1920, y la primera patente específica en el área de las pruebas ultrasónicas no destructivas data de 1931. El primer instrumento de prueba ultrasónico comercial práctico, llamado «Reflectoscopio», fue patentado por el Prof. Floyd Firestone de la Universidad de Michigan en 1940, y el desarrollo del sonar durante la Segunda Guerra Mundial hizo avanzar aún más este campo. En la década de 1950, los instrumentos comerciales estuvieron ampliamente disponibles.
Estos primeros instrumentos se desarrollaron principalmente para la detección de defectos por ultrasonido, aunque también podían usarse para medir espesores. En la década de 1960, comenzaron a aparecer los primeros instrumentos más pequeños y portátiles diseñados para la medición, como los instrumentos con pantallas digitales de espesor en lugar de pantallas osciloscópicas. El modelo 5221 presentado por el predecesor de Olympus, Panametrics, en 1973 fue el primer medidor ultrasónico comercial que incorporó la medición multimodo, preestablecida para cubrir una amplia gama de materiales y espesores, así como la calibración de velocidad por conmutación.
En la década de 1970, los instrumentos relativamente compactos, que funcionan con baterías y optimizados para una amplia variedad de aplicaciones de prueba, se volvieron más comunes, siguiendo la vía de miniaturización con mayor potencia en los años posteriores. Las pantallas A-scan, como respaldo para el operador, y el registro de datos interno fueron introducidos en la década de 1980, y en la década de 1990 el procesamiento de señales digitales reemplazó a los circuitos analógicos y mejoró la estabilidad y repetibilidad. Hace poco, los avances tecnológicos en microprocesadores han llevado a nuevos niveles el rendimiento de los instrumentos miniatura, ya que ahora son más sofisticados y fáciles de usar.
